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Observatorio

¿Qué es una enfermedad mental?

El límite entre enfermedad y salud mental no es un límite claro ni bien definido, y los criterios para designar a una persona como sana o enferma han variado según los diferentes enfoques teóricos y a lo largo del tiempo, con lo que no existe un acuerdo general entre los especialistas sobre cómo definir estos términos. Esta situación es comprensible debido a que todavía no han podido demostrarse las causas concretas que producen cada uno de los diferentes trastornos mentales. Y es que la complejidad del cerebro humano implica una síntesis dinámica entre biología, genética, emociones, vivencias, mente, cultura, condiciones personales y sociales, sin comparación con cualquier órgano humano.

Pero, y para entendernos, podemos definir un trastorno o enfermedad mental como una alteración de tipo emocional, cognitiva i/o del comportamiento, en el que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc. que dificulta la adaptación de la persona al entorno cultural y social donde vive y crea alguna forma de malestar subjetivo.

Por otro lado, estudios sobre la salud mental consideran que salud y enfermedad mental no son condiciones que permitan definir una como la ausencia de la otra, sino que son un continuo en el que se reflejan diferentes grados o niveles de bienestar o deterioramiento psicológico. Diferentes estudios han tratado de identificar los componentes principales de la salud mental: bienestar emocional, competencia, autonomía, aspiración, autoestima, funcionamiento integrado, adecuada percepción de la realidad, etc.

Aspectos claves para tener en cuenta respecto a la enfermedad mental:

  • No significa menor capacidad intelectual.
  • No es siempre irreversible.
  • No es mortal.
  • No es contagiosa.
  • No es siempre hereditaria.
  • No es una culpa ni un castigo.
  • No es siempre permanente en la vida del individuo una vez se ha adquirido.

 

¿Qué diferencia hay entre una enfermedad mental y una deficiencia psíquica, física o sensorial y otros tipos de enfermedades?

Es muy importante distinguir un trastorno mental de:

Deficiencia psíquica o itelectual: anteriormente denominado retraso mental. Se utiliza cuando una persona tiene limitaciones en su funcionamiento intelectual y en habilidades como la comunicación, el cuidado personal y la destreza social.

Deficiencia física: se utiliza cuando una persona tiene limitaciones físicas a causa de alguna alteración en el aparato locomotor, que comprende el sistema óseo articular, el sistema muscular y el sistema nervioso.

Deficiencia sensorial: se utiliza en el caso de personas que tienen algún tipo de alteración en los órganos sensoriales, situación que impide una correcta percepción auditiva o visual.

Trastorno mental orgánico: es un estado de deteriodo, generalmente progresivo, de las facultades mentales anteriormente existentes en un individuo a causa de una alteración del tejido cerebral producto de un proceso degenerativo.

En este sentido, hay que destacar que la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), aprobada en la 54a. Asamblea Mundial de la Salud y publicada por la OMS el año 2001, distingue entre:

Funcionamiento: término genérico usado para designar todas las funciones y estructuras corporales, la capacidad de desarrollar actividades y la posibilidad de participación social del ser humano.

Discapacidad: término que recoge las deficiencias en las funciones y estructuras corporales, las limitaciones en la capacidad de llevar a término actividades y las restricciones en la participación social del ciudadano.

Estos conceptos reemplazan a los denominados anteriormente como deficiencia, discapacidad y minusvalía, amplian el ámbito de la clasificación para que se puedan describir también experiencias positivas, para enfocar el objetivo hacia la salud y no sólo como consecuencia de la enfermedad. Se trata, en definitiva, de ir más allá del enfoque médico sanitario e incluir de forma expresa ámbitos sociales más amplios (enfoque bio-psico-social).

¿Qué tipo de enfermedades mentales hay?

Hay diferentes tipos de enfermedades mentales, pero aunque a lo largo de la historia se han hecho diferentes intentos para agruparlas por categorías, sigue habiendo algunos desacuerdos entre los modelos.

Sin embargo, actualmente se acepta el sistema de diagnóstico psiquiátrico propuesto por la Asociación Americana de Psiquiatria (American Psychiatric Association) Manual diagnòstico y estadístico de los trastornos mentales (“DSM-IV”), que distingue, entre otros: trastornos del estado de ánimo, trastornos psicóticos, trastornos de ansiedad, trastornos sexuales, trastornos de la personalidad, trastornos del sueño, trastornos de la conducta alimentaria, trastorns cognoscitius, etc.

Esta clasificación es muy similar a la de la Organización Mundial de la Salud, la Clasificación Internacional de Enfermedades  (CIE-10), que ofrece un marco conceptual basado en la etiología. El funcionamiento y discapacidad asociados con las condiciones de salud se clasifican en la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salu, conocida como CIF.

¿Cúales son las causas de las enfermedades mentales?

El trastorno mental responde muy pocas veces a modelos simples de tipo causa-efecto. Las causas de las enfermedades mentales son probablemente múltiples y, en algunos casos, sos desconocidas.

Se sabe que factores como alteraciones en la química del cerebro u otros mecanismos biológicos, predisposición genética, factores ambientales y culturales, lesiones cerebrales, consumo de sustancias, etc. pueden influir poderosamente en su aparición y curso, pero no se conoce con exactitud ni en qué grado impacta cada uno de estos factores, ni qué combinaciones se producen significativamente en cada caso.

¿Puedo sufrir yo una enfermedad mental?

Todos tenemos probabilidades de sufrir una enfermedad mental, igual que ocurre con muchos otros tipos de enfermedades.

De hecho, una de cada cuatro personas sufre un trastorno mental a lo largo de la vida. Pese a que, teóricamente, puede haber personas con más predisposición genética que otras a sufrirlas, los factores ambientales pueden afectar de forma determinante en la aparición de trastornos mentales, por lo que todos estamos expuestos.

Aunque seguro que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos experimentado sentimientos de tristeza, ansiedad, insomnio, etc. hay que destacar que estos síntomas se considerarán sólo un trastorno mental cuando provocan un comportamiento social desajustado (es decir, un deteriodo significativo social, laboral u de otras áreas importantes de la actividad del individuo), causan un importante malestar subjetivo y son persistentes en el tiempo.

¿Las enfermedades mentales se curan?

Las enfermedades mentales pueden curarse o controlarse con un tratamiento adecuado.

Hasta hace sólo unas décadas, muchas personas afectadas por enfermedades mentales pasaban la mayor parte de su vida ingresadas en centros de asilo o encerradas en casa. Actualmente la mayoría de los pacientes son tratados esencialmente en el ámbito comunitario y suelen integrarse en la sociedad, gracias a un cambio de mentalidad y a los avances conseguidos en tratamientos.

Los tratamientos pueden ser diferentes según el tipo de enfermedades y se suelen diseñar intervenciones personalizadas para cada caso. Frecuentemente se combina el tratamiento farmacológico con medidas de rehabilitación sociolaboral, psicoterapias y apoyo familiar. El apoyo psicoterapéutico es importante para afrontar los efectos de la enfermedad en su vida social, familiar y profesional. Se utilizan tratamientos psicosociales especializados, com son: programas de rehabilitación, terapias conductuales y de comportamiento social, psicoeducación de los afectados y sus familias, etc.

Hay que destacar que todavía hay un importante número de personas que sufren una enfermedad mental y no acuden a recibir tratamiento a causa de la estigmatización existente sobre este tipo de enfermedades.

¿Cúal es el papel de la familia en el tratamiento de una enfermedad mental?

Un entorno familiar adecuado y tranquilo es muy importante en la recuperación de una enfermedad mental. El papel de la familia es esencial, ya que la experiencia vivida y la proximidad con la persona enferma pueden aportar muchos datos y apoyo al tratamiento que se lleve a cabo.

La familia es un elemento clave para ayudar a la persona con una enfermedad a seguir el tratamiento propuesto por el especialista, por ejemplo, contrarrestando la tendencia que suelen tener las personas afectadas de esquizofrenia a bandonar el tratamiento farmacológico o haciendo un seguimiento de la reeducación de los hábitos alimentarios de las personas afectadas de anorexia.

Por este motivo es muy importante que la familia también reciba apoyo por parte de los profesionales y los servicios de salud mental.

¿Es cierto que las enfermedades mentales conducen a actos violentos?

No. No se puede decir que las personas con enfermedades mentales sean más agresivas ni que tengan más probabilidades de cometer actos violentos ni delictivos que personas sin una enfermedad mental.

Las personas afectadas por una enfermedad mental raras veces son peligrosas para la sociedad en general. Solamente algunos trastornos mentales pueden desembocar en ciertos episodios de conductas agresivas hacia uno mismo o hacia el entorno familiar cuando la persona que lo sufre no está bajo tratamiento.

¿Puede una persona con una enfermedad mental hacer una vida normalizada?

Puede hacerlo por qué con el tratamiento médico y farmacológico adecuado y con el entorno social y familiar favorable, una persona con una enfermedad mental deja de tener las limitaciones que puede suponer la enfermedad, por tanto tiene las mismas capacidades que todos para trabajar, cuidad hijos, etc. Y tendría que poderla hacer, ya que todos tenemos el mismo derecho a un trabajo y a una vida normalizada, aunque frecuentemente los prejuicios que lamentablemente todavía existen en la sociedad les impidan disfrutar y ejercer todos sus derechos.

Definición de algunes enfermedades mentales

Esquizofrenia: Es un trastorno psicótico caracterizado por un desorden cerebral de aparición aguda y casi siempre reversible, pero que a la larga puede llegar a deteriorar la capacidad de las personas de pensar, dominar sus emociones, tomar decisiones y relacionarse con los otros. Los síntomas de las fases agudas suelen ser delirios (ideas falsas que el individuo cree ciegamente), alucinaciones (percepciones de cosas, sonidos o sensaciones que en realidad no existen) o conductas extravagantes. Es una enfermedad crónica, compleja y que no afecta por igual a todos los pacientes. Aparece normalmente en la adolescencia y afecta a un 1% de la población mundial. Existen tratamientos muy efectivos para las crisis.

Trastorno de la personalidad: Se trata de alteraciones del modo de ser propio del individuo, de su afectividad y de su forma de vivir y de comportarse, que se desvían de lo normalmente aceptable en su entorno y cultura. Hay de diferentes tipos: personalidad paranoide (personas con gran desconfianza y recelo en todo aquello que les rodea), esquizoide (personas introvertidas, retraídas, que evitan el contacto sicoal y no expresan emociones), personalidad obsesiva (personas rígidas, perfeccionistas, escrupulosas), etc. Se están investigando tratamientos psicoterapéuticos específicos.

Depresión: Es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una tristeza profunda e inmotivada, disminución de la actividad física y psíquica, falta de interés o placer en casi todas las actividades, sentimiento de impotencia, falta de valor y esperanza, sentimiento de culpa, lloro incontrolable, irritabilidad, pensamientos sobre la muerte o intentos de suicidio. Es una de las enfermedades mentales más comunes. Puede aparecer en cualquier edad. Una de cada 5 mujeres y uno de cada 10 hombres padecen depresión alguna vez en sus vidas. Existen tratamientos muy efectivos.

Trastorno bipolar: Es un trastorno del estado de ánimo anteriormente conocido como enfermedad maniacodepresiva que se caracteriza por la presencia cíclica de períodos de fase maníaca (elevación del estado de ánimo, eufórico, expansivo e irritable) y fases de depresión (pérdida de interés o placer en todas las actividades, abatimiento, sentimientos de infravaloración o de culpa; dificultad para concentrarse o tomar decisiones, y pensamientos recurrentes de muerte, etc.). Existen tratamientos muy efectivos.

Ansiedad: Es un trastorno caracterizado por la presencia incontrolable de preocupaciones excesivas y desproporcionadas, centradas en una amplia gama de acontecimientos y situaciones reales de la vida, y acompañadas en general de síntomas físicos, tales como sudoración, nerviosismo, inquietud, palpitaciones, etc. Tiene tratamiento efectivo.

Anorexia nerviosa: Es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por un rechazo a mantener un peso corporal mínimo normal, en un miedo intenso a ganar peso y en una alteración significativa de la percepción de la forma y anchura del cuerpo. Actualmente se dispone de tratamiento.

Fobia: Es un trastorno caracterizado por la aparición de un temor irracional muy intenso y agobiante a determinadas personas, cosas o situaciones, que suele dar lugar a comportamientos de rechazo. Hay diferentes tipos según el objeto causante: fobia social (a situaciones sociales), claustrofobia (a lugares cerrados de dónde es difícil salir), fobia a ciertos animales, etc. Hay tratamientos psicoterapéuticos eficaces.

Trastorno obsesivo compulsivo: Es un trastorno de ansiedad carcaterizado por la presencia de obsesiones (ideas y pensamientos de carácter persistente que el individuo reconoce como intrusas y absurdas y que causan un malestar y ansiedad) que la persona intentará mitigar con las compulsiones (comportamientos o actos mentales de carácter recurrente). Por ejemplo, es el caso de las personas que siempre sienten que tienen las manos sucias y se las lavan con mucha frecuencia. Hay tratamientos, de efectividad variable.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad: Es un trastorno que aparece en la infancia y que se caracteriza por un patrón persistente de desatención (fácil distracción por estímulos irrelevantes) i/o hiperactividad-impulsividad (moverse y hablar demasiado). Hay tratamientos bastante eficaces.

Fuente:  Federació Catalana d’Associacions de Familiars i Persones amb Problemes de Salut Mental (FECAFAMM)



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